En su radiografía de las relaciones entre los sexos, Gabriela de la Fuente pone el dedo en la llaga, mostrando lo que habitualmente se oculta, lo que avergüenza, lo que no queremos reconocer, lo que nos hace daño. Frases como «nosotras las mujeres asustamos y complacemos al mismo tiempo», una pareja definida como «tú y yo, pero sin mí», o la que describe así la ambición de una mujer: «Querer volar con las alas cortadas sin haberse dado cuenta de que estaban cortadas y por supuesto, caerse», o esta lúcida descripción del masoquismo como el ideal, quizá el único, al que pueden aspirar las mujeres: «Regodearte en un dolor que te autoconstruyes para sentirte diferente y decirte a ti misma que tu sensibilidad no tiene límites»… son de las que no se olvidan.
Los textos de Gabriela de la Fuente nos ponen, a mujeres y hombres, ante un espejo doloroso, pero también liberador.
Laura Freixas